Longitud: 8 km (ida y vuelta)
Tiempo de recorrido: 3 a 4 horas
Intensidad: Media
Cotas de altura: Desde 920 a 1.400 msnm
Relato del sendero:
El Coloradito es, sin duda, uno de los senderos imperdibles de la Reserva Nacional Nalcas Malalcahuello. Su recorrido asciende de forma constante desde los bosques templados del valle hasta un mirador de altura que ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la zona: la cadena de volcanes y cerros que dibujan el corazón de la Araucanía andina.
La caminata comienza entre coigües y lengas, en un entorno húmedo donde predominan los líquenes colgantes y los cantos de aves como el chucao, la turca y el huet-huet. A medida que se gana altura, el paisaje cambia: las araucarias comienzan a dominar el entorno, firmes y milenarias, como testigos del paso del tiempo.
Una de las características más notables del sendero es su terreno rojizo, producto de antiguos flujos de lava y ceniza volcánica. Esta “tierra colorada” da origen al nombre del recorrido y le da un aire único, especialmente bajo la luz cálida de la tarde, cuando los colores se intensifican.
A mitad de camino, el esfuerzo comienza a sentirse. El sendero, si bien es bien marcado y no técnico, presenta zonas con mayor inclinación. Sin embargo, la recompensa no tarda: al llegar al mirador final, el paisaje se abre en 360 grados. Desde ahí, se puede ver claramente el Volcán Lonquimay, el Volcán Llaima, parte del Volcán Tolhuaca, e incluso el perfil de los valles que conectan con Argentina.
Este punto alto es ideal para descansar, hidratarse y disfrutar de un picnic con vista privilegiada. En días despejados, el horizonte se extiende por decenas de kilómetros, y es común ver cóndores sobrevolando las alturas.
El regreso se realiza por la misma ruta, con descenso constante hasta el sector de ingreso. En total, el recorrido demanda entre 3 y 4 horas, dependiendo del ritmo y las pausas. Por su extensión y pendiente, es recomendado para personas con algo de experiencia en trekking o buen estado físico.
El Coloradito es una experiencia inolvidable para quienes buscan caminar entre araucarias y alcanzar una vista privilegiada de los paisajes volcánicos del sur de Chile. Una verdadera joya del ecoturismo cordillerano.